Conozco mucha gente que opina que si un artista (y
más específicamente un músico) no es “conocido” popularmente, no es bueno. Es
un concepto que desgraciadamente suele repetirse. ¿Por qué razón una banda que
llena un lugar (sea teatro, sala, bar, etc) con 50, 60 personas no puede ser
bueno? ¿Acaso si o si tienen que estar relacionados popularidad con estilo o
virtuosismo?
Cuando empecé a armar este blog, un poco la idea
era esa, difundir esas bandas que estaban “escondidas” para muchos, para que
puedan entender que también existen esos buenos artistas con mucho para decir y
muchas canciones para dar, pero que no gozan de cierta “popularidad”.
En este caso vamos a hablar de Doris, una banda
que como tantas otras luego de una extensa y maravillosa carrera llena de
hermosas canciones, se bifurco en varios caminos.
“Es una música de viajes. Tiene elementos de rock,
de psicodelia... es de recovecos” dijo Liza Casullo (guitarra y voz), cuando le
preguntaron qué hacía Doris. Es que este quinteto, donde además de Liza estaban
Larva Peruzzotti (bajo y voz), Marcelo Blanco (percusión, guitarra y voz), Nacho
Rodríguez (guitarra, batería y voz) y Julián Zamtlejfer (batería, guitarra y
voz) fue uno de esos primeros grupos que se canso de sonido eléctrico y decidió,
parar la pelota. Bajar un cambio y apostar (en el buen sentido de la palabra) a
lo acústico. Eso que por ahí se lo llama “nueva canción”. Pero para que andar
poniendo etiquetas. Despojados de todo prejuicio musicales y compositivos,
fueron de los primeros grupos (entre otros) en impulsar un estilo.
"Hacemos
canciones: Tenemos una botella llena. Experimentales, clásicas, cortas, largas,
luminosas y oscuras, de amor, de odio, de entresueños o de preguntas sin
respuesta."
Comienzan a formarse en 2000, en Buenos Aires, y
en 2003 lanzan “Doris”. Pero no
conformes con esto (o seguramente sí, pero con ganas de seguir haciendo
canciones) en 2004 editan “Doyle, la
opereta del Gaucho Drogado”. Donde se refleja este concepto de la ausencia
de lo eléctrico, ya que el material fue originalmente compuesto para un show
unplugged. Donde la delicada voz femenina o las aguerridas voces masculinas, interpretan
canciones que van desde valses y bossas, hasta folks en ingles y franceses sin
dejar de lado un toque indie-psicodélico
En 2006 llegaría “Achacandá”, el disco que cerraría esta etapa, pero que abriría
otras (en realidad ya había sembrado un estilo que empezaba a dar nuevos
frutos), como la carrera solista de Liza, o lo que es hoy una de las mejores representaciones
de este estilo (por lo menos para mí) que es Onda Vaga.
Canciones, versos, ideas, paisajes, sentimientos… en definitiva
canciones eso es lo que artistas como Doris y muchísimos más (innumerables e
incontables) nos trasmiten, para que nosotros las escuchemos y dejemos volar
nuestra mente.
Doris - Así