La música está en constante
movimiento. Todo el tiempo se reinventa. Los artistas se reinventan.
Evolucionan. Crecen. Se renuevan.
Pero qué pasa si de golpe a
alguien se le ocurre rescatar algunas cosas del pasado. Viejas canciones.
Aunque en realidad no hay canciones viejas. Las canciones siempre están. No
tienen edad.
Existe un grupo que se puso rescatar
esas canciones. Con una estética como tenían aquellas grandes orquestas de los
años 50. Y acá es donde está el punto. La estética (hablo de estética musical),
el sonido que recuerda y está emparentado con aquella época.
Matías Martinelli (guitarra
tenor, banjo y voz), Melisa Muñiz (ukelele, dulcimer, trompeta, y voz), Adrián
Capresi (lap steel, ukelele, guitarra tenor, guitarra, percusión y voz), Damián
Manfredi (contrabajo y voz), Nele Paelinck (violín, acordeón y voz) y Martín Capdeville (percusión y voz).
Muchos músicos. Una familia
musical. La familia de ukeleles recrea un sonido, donde el vals, el jazz, los
boleros, el country y el folk toman nuevas formas. Una banda donde todos ponen
su voz, y donde las melodías se dejan llevar entre los instrumentos. Trayendo
esos sonidos al siglo 21. Dos discos y un reciente EP de dos canciones bastaron
para hacerse un lugar en la escena definitivamente.
En su primer disco homónimo de
2014, aparecen excelentes versiones de algunas canciones de los géneros mencionados,
como el bolero de Alvarado Santos “Siete notas de amor”, en donde la voz de Mel
entra en el estribillo, logrando la armonía perfecta con las voces masculinas. Otras
como “Everyday” de Buddy Holly, logra ser una versión más colorida que la
original.
Hay también algunas referencias al cine. Música de películas adaptada a su estilo. Como la simpática “Eres fea”, de la película dirigida por Javier Fasser, que con su letra divertida, y arreglos de ukeleles, hacen que sea un gran tema de este disco. Y “Man of constant sorrow”, de la película de los hermanos Coen (aquella con Clooney y compañía escapando de la cárcel).
Mientras que con la veraniega “Caracol”, de autoría propia, nos trasladamos inmediatamente, con su ritmo, a alguna playa paradisíaca. Con sus toques románticos (y sus “uuuu” imposibles de no seguir). “Lullaby”, casi una como una canción de cuna, nos remonta al viejo oeste, o a esas películas de cowboys de hace unos años atrás.
Hay también algunas referencias al cine. Música de películas adaptada a su estilo. Como la simpática “Eres fea”, de la película dirigida por Javier Fasser, que con su letra divertida, y arreglos de ukeleles, hacen que sea un gran tema de este disco. Y “Man of constant sorrow”, de la película de los hermanos Coen (aquella con Clooney y compañía escapando de la cárcel).
Mientras que con la veraniega “Caracol”, de autoría propia, nos trasladamos inmediatamente, con su ritmo, a alguna playa paradisíaca. Con sus toques románticos (y sus “uuuu” imposibles de no seguir). “Lullaby”, casi una como una canción de cuna, nos remonta al viejo oeste, o a esas películas de cowboys de hace unos años atrás.
En su segunda placa, “El Gran
Rubí” (2015), el conjunto musical, refuerza el concepto de familia. Partiendo
de una estética circense en el arte del disco (otro campo que funciona como una
familia), logra melodías más claras y percusiones cuidadas. Dándole el valor
necesario a cada canción. Como deteniéndose en cada nota, para lograr armonías
perfectas, y llevar adelante géneros poco difundidos en la actualidad.
Interpretando las canciones, sin que pierdan su esencia.
Surgen las composiciones propias con mucha más fuerza, temas como “Moonrise Swing”, el bolero “Viví de amor” (No sabía que un día cualquiera podía pasar/Estar junto a ti/Porque desde que te vi, viví de amor”), el vals “Flores secas” o el bluegrass “La Familia”, dejan en claro su propuesta artística. Y también hay lugar para los covers, como el clásico hawaiano “Lovely Hula Hands”.
Sin distorsiones, sin electricidad. Rescatando la simpleza como valor, para que se pueda escuchar cada canción, cada nota, cada verso. Dejarse llevar por las notas que recorren las cuerdas y los ritmos de la percusión. Trasladarse en el tiempo por un momento. A otra época. Otro tiempo. Pero sabiendo que estamos en el presente. Que ellos lo dicen desde acá. Desde el ahora. La Familia de Ukeleles sigue sonando.
Surgen las composiciones propias con mucha más fuerza, temas como “Moonrise Swing”, el bolero “Viví de amor” (No sabía que un día cualquiera podía pasar/Estar junto a ti/Porque desde que te vi, viví de amor”), el vals “Flores secas” o el bluegrass “La Familia”, dejan en claro su propuesta artística. Y también hay lugar para los covers, como el clásico hawaiano “Lovely Hula Hands”.
Sin distorsiones, sin electricidad. Rescatando la simpleza como valor, para que se pueda escuchar cada canción, cada nota, cada verso. Dejarse llevar por las notas que recorren las cuerdas y los ritmos de la percusión. Trasladarse en el tiempo por un momento. A otra época. Otro tiempo. Pero sabiendo que estamos en el presente. Que ellos lo dicen desde acá. Desde el ahora. La Familia de Ukeleles sigue sonando.
Ay! Contigo Amor - La Familia de Ukeleles