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3 de marzo de 2019

Si tienes voz, tienes palabras



Libros sobre Spinetta se escribieron varios. Desde biografías construidas a partir de entrevistas personales con él, hasta otros en donde se describía la importancia de su obra para la cultura o análisis minucioso de su poesía a la hora de escribir canciones.
“Tu tiempo es hoy. Una historia de Almendra” de Julián Delgado y editado por Eterna Cadencia, es un libro diferente en ese sentido. Acá se cuenta la historia de uno de los grupos pioneros del rock nacional. Un grupo que busco hacer algo diferente a lo que estaba sonando, y que atravesó todas las barreras (estilísticas, de mercado, del Estado) para poder hacer la música que ellos querían.


El libro, con una estética similar a la de Almendra, en sus palabras, explicar la búsqueda que tenía el grupo allá por 1968 y qué es lo que los hizo diferentes a los grupos que sonaban en aquel momento. Con un estudio minucioso de las canciones para, de alguna manera explicar de dónde surgían esos conceptos o ideas y como se canalizaban. Además, se hace un paralelismo todo el tiempo, con la realidad argentina del momento, narrando los hechos que movilizaban al país (y a los propios músicos) por esos días y también del contexto musical de la época.
Un libro que se puede leer y situarse en aquel momento. En esos años vertiginosos para el país y de creación y nacimiento de nuevos movimientos en la música. En un contexto donde Spinetta, Del Güercio, Molinari y García, empezaban algo que después todos iban a conocer como Rock Nacional.
Muy interesante para comprender parte de los inicios de estos 4 músicos, fundamentales para la historia del Rock de nuestro país.

19 de diciembre de 2018

Sobre festivales, grillas y cupos


Hagamos un juego. Pensemos en una banda de rock. Una que nos haya cautivado. Una que hayamos visto en vivo. Una que cantemos sus canciones. Puede ser nueva o alguna que ya esté disuelta. Seguramente cada uno estará pensando en una diferente. ¿Listo? Arriesgaría a que seguramente, están pensando en alguna banda formada por hombres. Casi que lo podría firmar.
Hagamos otro juego. Con un poco más de memoria quizás. Los que alguna vez fueron a un festival de música, o siguen yendo, o lo vieron por televisión, Internet o en alguna película. Cuántas bandas de mujeres o solistas femeninas había en el line-up. ¿La mitad de la grilla?, ¿la cuarta parte?, ¿una sola?... ¿ninguna?
Y es que es así. La sociedad, el mundo del rock, el mercado. Todo nos llevó a conocer, ver, escuchar, y a veces idolatrar a bandas o solistas hombres.
Esto lleva a preguntarse. ¿No hubo nunca una banda con integrantes mujeres capaz de integrar esas grillas de festivales? ¿No existió una solista femenina en el rock, que fuera capaz de vender muchos discos, de ser referente para muchas personas que se querían dedicar a la música? ¿No las hay hoy en día?
Quizás son demasiadas preguntas. Pero hay una respuesta bien clara. Siempre existieron mujeres tocando rock. Formando bandas. Empuñando un micrófono, una guitarra, un bajo o golpeando una batería. Y quizás, antes no se las veía, porque el rock era “cosa de hombres”, entonces quedaban escondidas o puestas en un segundo plano. Relegándolas al puesto de corista (no por esto menos importante), pero claramente nunca formando parte decisiva del proyecto artístico. Con un panorama así, era difícil que alguna joven, ávida de tocar rock, encuentre alguna referente en el género.
Hoy la cosa cambió. ¿Cambió? ¿Cuántas bandas de mujeres escucharon en el último año? ¿Y en los últimos cinco años? (Siguen las preguntas). Sin embargo, están. Existen. Hoy en día, las redes sociales y las nuevas formas de comunicación, como ciertas plataformas de streaming, permiten hacer más visibles proyectos artísticos, que antes era más complicado que llegasen a mostrarse. A ser conocidos. Podemos encontrar todo tipo de proyectos con integrantes mujeres, en los más diversos géneros musicales. Igual es difícil. Falta mucho aún. Falta cambiar algunos chips.
Es muy triste y hasta cansador a veces, tener que argumentar contra el “si no son conocidas, por algo será” o “no las escucho porque no son tan buenas como las otras bandas” o “no tienen la misma fuerza o sonido que una banda de hombres”. ¿Estás seguro/a? ¿Todas las bandas formadas por hombres que escuchás o que suenan te parecen buenas? ¿Todas las bandas de hombres que están en la grilla de un festival son buenas?… (Más preguntas).
Dejando un poco de lado (aunque no sé si se puede), el por qué llegan algunas bandas, más que nada de hombres, a tocar en el escenario de un gran festival, es necesario que se hagan visibles estas bandas con integrantes mujeres. Que a veces suelen tener muchos años de trayectoria, pero son discriminadas por distintos sectores. La música no es una cuestión de género. Son melodías, armonías, ritmos, letras y también sentimientos, historias de vida, pero sobre todo mucha actitud, que es lo que les sobra a estas bandas.
Respecto a estos temas y para no ser tan extenso en este posteo un poco diferente a otros que hay en este Blog, me gustaría mencionar un par de puntos referidos a esto.

  • Hay un reciente proyecto de ley, presentado en el Congreso de la Nación, que propone un cupo femenino en festivales de música. Impulsando por un colectivo de artistas (“Más músicas en vivo”), y acompañado por artistas como Celsa Mel Gowland, Lucy Patané, Paula Maffía, Patricia Sosa, Hilda Lizarazu, Lula Bertoldi, entre muchas otras, trata un poco, de achicar esta desigualdad que se da actualmente en las diferentes grillas de los festivales del país.
En principio, plantea que: “Los eventos de música en vivo así como cualquier actividad organizada de forma pública o privada que implique lucro comercial o no y que para su desarrollo convoquen a un mínimo de tres (3) artistas y/o agrupaciones musicales en una o más jornadas y/o ciclos, y/o programaciones anuales, deben contar en su grilla con la presencia de artistas femeninas” El cálculo se realiza en base a una tabla, en donde dice, por ejemplo, que en el caso de ser 3 artistas programados el cupo femenino es de 1, si son 5 los artistas programados, el cupo es 2 y “a partir de los diez (10) artistas programados, se entiende que el cupo femenino se cumple cuando éste represente el treinta por ciento (30%) del total de artistas solistas y/o agrupaciones musicales de la grilla”.
Dentro de sus alcances, establece: “El cupo femenino se encuentra cumplido cuando se componga por artistas solistas y/o agrupación musical compuesta por integrantes femeninas y/o agrupaciones musicales nacionales mixtas entendiéndose por estas a aquellas donde la presencia femenina implique un mínimo del treinta por ciento (30%) sobre el total de sus integrantes.” Este último porcentaje puede determinarse de la misma manera que el anterior.
Algo para comenzar a achicar esa brecha de desigualdad. Lo importante es visibilizar a estas mujeres, que no solamente son músicas, sino que también son asistentas, sonidistas, escenógrafas, etc. y trabajan a la par de muchos músicos.

Extraído del sitio "SomosRuidosa.com"
(Auska Ovando - Natalia Suazo - Martina Piña - Francisca Alcalde - Tomás Dintrans)

  • Y por si quedo alguna duda con respecto a los primeros párrafos, o para reforzar esa idea del desconocimiento que se tiene sobre estas artistas, recomiendo MUCHÍSIMO el reciente Podcast a cargo de Barbi Recanati, llamado “Mostras del Rock”, que se puede escuchar en Spotify. 7 capítulos de aproximadamente 20 minutos cada uno, que recorren la historia del Rock a través de las mujeres. Arrancando desde las primeras décadas de siglo XX, hasta llegar a la década de los 90. Desde “Mammie” Smith, Roseta Tharpe o Memphis Minnie, a PJ Harvey y Björk, pasando por Aretha Franklin o Carole King. Relata la historia de estas mujeres de la música, a veces dejadas de lado por la industria, solo por su condición de ser mujer. Agregando datos más que interesantes sobre cada una. Canciones, riffs, letras, historias de vida, autogestión, discriminación y su aporte al Rock.



Por suerte todo el tiempo aparecen bandas de chicas nuevas y artistas mujeres nuevas. Con ganas de hacer algo distinto. De sacarle óxido al rock envejecido de grandes masas. para destaparnos los oídos. Para traer a la memoria, a aquellas músicas que empezaron el camino hace unos años. Que se plantan arriba de un escenario. Que hacen canciones. Que tocan. Que cantan. Pero más que nada, que hacen música.

12 de diciembre de 2018

La ruta que no se elige

La ruta. Ese camino que interconecta ciudades y pueblos, por donde circulamos todos alguna vez. Atravesando campos, casas, galpones, para llegar destino. Lo importante es el camino, escuché a alguien decir una vez. Y creo que es cierto. Es ese recorrido por la ruta.
Cuando suena Las Armas Bs. As, se puede escuchar blues, rock and roll, stoner, pero sobre todo se escuchan canciones con mucha potencia. El trío formado por Ramiro García Morete (Miro y Su Fabulosa Orquesta de Juguete, Míster) en guitarra y voz, Ezequiel Gómez en bajo y Joaquín Inza (Miro y Su Fabulosa Orquesta de Juguete) en batería, refresca la escena del rock and roll, pero atendiendo a las raíces clásicas del género.
Alejados, del formato más fogonero-canción, o folk de proyectos anteriores, como Miro y Su Fabulosa Orquesta de Juguete (de quien ya hemos hablado en este blog), este nuevo proyecto se mete de lleno en el rock más clásico y también recuerda a los primeros discos de Pappo’s Blues, con una tendencia bien marcada en lo eléctrico.
En 2015 sale su primer larga duración, “Vol. I”, el más cercano al stoner. Que incluye el ritmo contagioso de “Frente a frente” o “La otra esquina del Planeta”, los efectos pinkfloydianos de “Malasia”, en una canción que habla de una ruptura, o la psicodelia de temas como “Pastillas”, con sintetizadores que apoyan esta idea, pero donde además está la más garagera “Dandy bonaerense” con sus baterías galopantes.


También aparecen algunas referencias a Dios y al demonio a lo largo del disco, entre las que se destacan, el blues estilo Cream, “Jesús”, corto pero explosivo, o “Señor”, con bajos bien cargados y un solo de guitarra furioso, para esta canción que va in crescendo hacia el final.
Este año, con “El camino no elegido”, apostaron a una propuesta más rutera, donde ya desde su título se nota esta estética e incluso se refleja en su portada, con una especie de Gauchito Gil urbano, en primer plano arriba de un camión.
Una guitarra punzante y la voz inconfundible de El Míster sirve para abrir el disco con “La Policía Emocional”, mientras que también resaltan, la intro de batería de “Tonada azul para perros negros” o la base beat para “Lo bueno de estar solo” que se combina en paralelo, con un riff poderoso.
Hay lugar para temas más tranquilos, como “La Habitación”, con diálogo entre voces, y nuevamente el blues está presente con “Blues del Gato” y “Blues de Calchaquí”, que habla de un amor roto y que con la voz casi desgarrada, tiene la impronta para aportarle melancolía necesaria. Y el rock bien potente, con guitarras afiladas de fondo y con una letra cargada de imágenes de la realidad social actual, para uno de los mejores temas del disco: “El Hit del Momento” (Hay un chico muerto/y todos lo conocían/Junto a un aviso de descuentos/saldrá en el diario al otro día/Dirá que hay un chico muerto/y que enfrentó a la policía).
Las Armas Bs. As. nos trasladan a la ruta. Nos llevan a un viaje que no tiene destino. Nos hace sentir una vibración en el pecho. Es sin dudas, una de esas bandas para escuchar a todo volumen. Y dejar que su energía nos contagie de música.

El Hit del Momento - Las Armas Bs. As

8 de diciembre de 2018

Hey! Ho! Let’s go… Bien al sur


Hablar de Ramones, es hablar de Punk. Es hablar de esos 4 newyorkinos, que sentaron las bases para que luego aparezcan muchas bandas tomándolos como referencia. Sin virtuosismos. Con temas de corta duración. 4 tipos con camperas de cuero que dejaron una marca en la historia del rock. Y se trasformaron en un emblema del Punk rock. Y pasaron por Argentina.
En “Ramones en Argentina” (Ediciones Gourmet Musical), Gerardo Barberán Aquino se encargó de hace una crónica de la Ramonesmanía que se vivió en el país allá por los 90 y 2000.


Como se dice en el prólogo, son pocas las biografías de los ramones que detallan su paso por Argentina. Algo que después de leer el libro, y para quienes no hayan presenciado o visto alguno de esos shows, es llamativo. Ya que las visitas de los Ramones a Argentina fue algo sin precedentes.
Detallando año por año, el libro es un recorrido intenso por los recitales de la banda por nuestro país. Desde los barrios de New York a llenar el Estadio de Obras Sanitarias y un estadio River Plate, en lo que fue uno de los shows más grande de su carrera.
A través de la crónica de muchos fans y músicos que asistieron a los recitales y de las bandas que los acompañaron, pasan las distintas anécdotas post show y entre camarines. De cómo Joey iba al programa de radio del Ruso Verea cada vez que venía, a las internas grupales y hasta comentarios de algunos set list que interpretaron.
Un libro ágil y llevadero. Como las giras y los shows de los Ramones. Para conocer esa parte de la historia que faltaba o para iniciarse en el mundo Ramones.