Alguna vez leí que un músico en
una entrevista, decía que la voz es un instrumento más. Un instrumento más, que
forma parte del conjunto de instrumentos que hay en una banda. Y como tal hay
que afinarlo y también aprender a “ejecutarlo”, para lo cual requiere horas de
práctica.
Algunos cantantes que están al
frente de un grupo o son solistas, tienen una voz privilegiada que les permite
trasmitir diferentes emociones según la canción. Melancolía, bronca, alegría,
euforia. Otros, compensan quizás, la falta de un buen registro vocal, con
actitud frente al micrófono. Lo cual hace que el espíritu de la canción también
llegue a nuestros oídos.
Pero son muy pocos los que pueden
combinar ambos. Una buena voz y mucha actitud. Manejar diferentes texturas o
matices solo con su voz. Recorriendo tonos altos y bajos, que hacen que la
canción suene diferente. Como si hubiera un instrumento más, que se suma al
resto. Y además, plantarse frente al micrófono con mucha actitud. Una actitud
que permite comprender mejor cada canción. Ya sea en vivo o desde un disco.
Porque aunque uno este escuchando un disco, esa actitud se percibe. Se percibe
en el aire y en el (o los) color(es) de su voz.
Marilina Bertoldi, oriunda de la
ciudad de Sunchales, en Santa Fe, es una de esas. Una cantante tan inquieta y
ecléctica como su voz.
A partir de unas primeras
grabaciones caseras con su guitarra acústica,
compartidas en internet a través de Youtube, logrando muchas reproducciones,
más tarde, decide formar un grupo, que marcaría un antes y un después en su
carrera y quizás en la nueva ola del rock local. Así es como surge Marilina
Connor Questa, una propuesta eléctrica que le permite exponer sus primeras canciones.
Acompañada por Hernán Rupolo (Octafonic) en guitarra, Martín Casado en bajo y Rodrigo
Bodaño en batería, quien sería reemplazado por Facundo Veloso.
Con esta formación (y con Rodrigo
y Facundo repartiéndose la batería en los diferentes temas) llegaría en 2011 el
primer LP del grupo “Somos por partes”. Con
temas como Acorde de paso (“El velo
cayó y veo tus dientes, cuando tu show ya no divierte”), Resiste en pie o la rapera-rockera Tripolar, que terminado explotando en una lluvia de guitarras, son
algunas de las canciones que comienzan a mostrar los diferentes colores de su
voz. Y como si fuera un desafío, graba un cover de Respect la canción de Otis Reading, que también fue interpretada
por Aretha Franklin.
Artista inquieta, paralelo a la banda,
edita en formato digital “El peso del aire suspirado” (2012) su
primer disco solista. 6 canciones, en su mayoría guitarra acústica y voz, con
la particularidad de presentar un video por canción.
Canciones con una voz muy sutil
casi tanto como las guitarras que las acompañan, y así van apareciendo Puerto, Sales o Entendí donde las voces a dúo con su hermana Lula Bertoldi (Eruca
Sativa) se complementan a la perfección.
Dos años más tarde, nuevamente
con banda, vendría “Fuego al universo”
(2013), con dos cambios. El de nombre, pasando a llamarse simplemente Connor
Questa y en formación, incorporando a Agustín Agostinelli en batería en el
lugar de Veloso. Producido por Gabriel Pedernera (Eruca Sativa), muestra el crecimiento como banda.
Temas como Pensar bien (“Retocar hechos de un pasado intermitente, y simular
que nada ingenuo duerme en nuestras mentes”) o Lo roto expone (“Veo que en tus cuadros lo roto expone, lo que de
tus labios nunca se fue”) son algunas de que muestran su talento como autora de
letras. También están Alma y sangre y
Ya no hay más (“Lo que hablo y lo que
cayo, es fiel calco de quién soy”) en los que su voz va desde la sensualidad a
la voz aguerrida que parece casi desgarrase.
En 2014 y paralelo a su banda,
edita su segundo disco solista, “La
presencia de las personas que se van”. En
mí, que llega a su climax cuando Marilina lleva su voz al extremo, dando un
grito que anticipa el gran final de esta canción. Malabares con la acústica bien marcada, hace de esta canción una de
las más lindas del disco.
Meses más tarde, Casado dejaría
la banda e ingresaría Santiago Jhones, pero en marzo de 2015, toman la decisión
de separarse, cerrando un ciclo como banda. Sin dudas dejando una huella dentro
del rock y quizás dejando con ganas a más de uno (en cuales me incluyo) de
algún otro disco.
Este año editó “Sexo con Modelos” donde mezcla una gran
variedad de estilos como el funk, el pop, el rock, el rap, para dar como
resultado un disco tremendo. Lleno de loops contagiosos y guitarras bien
potentes. Con una voz que suena sugestiva en Cosas dulces o en la que da título al disco, donde escuchamos como
su voz pelea con la distorsión de las guitarras para ver quien suena más fuerte.
El disco recorre desde las más rockeras Rastro
o Y deshacer, hasta las baterías
electrónicas de Órbita de Dios, que
acompañan su voz que se escucha a lo lejos.
Variedad
de estilos. Sonidos eléctricos y acústicos. Tonos altos o bajos. Frescura,
garra, pasión. No hay más adjetivos (o no se encuentran) para describir un
artista tan cambiante. Un artista que siempre sorprende. Que hace de su voz la
protagonista de las canciones, sin descuidar melodías y armonías. No puedo
recomendar un disco para empezar a descubrir su obra. Los de la banda o los
solistas. Porque seguro seguro que todos se disfrutan de principio a fin.
"Cosas Dulces" - Marilina Bertoldi