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28 de diciembre de 2016

Presencia en el aire



Alguna vez leí que un músico en una entrevista, decía que la voz es un instrumento más. Un instrumento más, que forma parte del conjunto de instrumentos que hay en una banda. Y como tal hay que afinarlo y también aprender a “ejecutarlo”, para lo cual requiere horas de práctica.
Algunos cantantes que están al frente de un grupo o son solistas, tienen una voz privilegiada que les permite trasmitir diferentes emociones según la canción. Melancolía, bronca, alegría, euforia. Otros, compensan quizás, la falta de un buen registro vocal, con actitud frente al micrófono. Lo cual hace que el espíritu de la canción también llegue a nuestros oídos.
Pero son muy pocos los que pueden combinar ambos. Una buena voz y mucha actitud. Manejar diferentes texturas o matices solo con su voz. Recorriendo tonos altos y bajos, que hacen que la canción suene diferente. Como si hubiera un instrumento más, que se suma al resto. Y además, plantarse frente al micrófono con mucha actitud. Una actitud que permite comprender mejor cada canción. Ya sea en vivo o desde un disco. Porque aunque uno este escuchando un disco, esa actitud se percibe. Se percibe en el aire y en el (o los) color(es) de su voz.
Marilina Bertoldi, oriunda de la ciudad de Sunchales, en Santa Fe, es una de esas. Una cantante tan inquieta y ecléctica como su voz.
A partir de unas primeras grabaciones caseras con su guitarra acústica,  compartidas en internet a través de Youtube, logrando muchas reproducciones, más tarde, decide formar un grupo, que marcaría un antes y un después en su carrera y quizás en la nueva ola del rock local. Así es como surge Marilina Connor Questa, una propuesta eléctrica que le permite exponer sus primeras canciones. Acompañada por Hernán Rupolo (Octafonic) en guitarra, Martín Casado en bajo y Rodrigo Bodaño en batería, quien sería reemplazado por Facundo Veloso.


Con esta formación (y con Rodrigo y Facundo repartiéndose la batería en los diferentes temas) llegaría en 2011 el primer LP del grupo “Somos por partes”. Con temas como Acorde de paso (“El velo cayó y veo tus dientes, cuando tu show ya no divierte”), Resiste en pie o la rapera-rockera Tripolar, que terminado explotando en una lluvia de guitarras, son algunas de las canciones que comienzan a mostrar los diferentes colores de su voz. Y como si fuera un desafío, graba un cover de Respect la canción de Otis Reading, que también fue interpretada por Aretha Franklin.
Artista inquieta, paralelo a la banda, edita en formato digital  “El peso del aire suspirado” (2012) su primer disco solista. 6 canciones, en su mayoría guitarra acústica y voz, con la particularidad de presentar un video por canción.
Canciones con una voz muy sutil casi tanto como las guitarras que las acompañan, y así van apareciendo Puerto, Sales o Entendí donde las voces a dúo con su hermana Lula Bertoldi (Eruca Sativa) se complementan a la perfección.
Dos años más tarde, nuevamente con banda, vendría “Fuego al universo” (2013), con dos cambios. El de nombre, pasando a llamarse simplemente Connor Questa y en formación, incorporando a Agustín Agostinelli en batería en el lugar de Veloso. Producido por Gabriel Pedernera (Eruca Sativa),  muestra el crecimiento como banda.
Temas como Pensar bien (“Retocar hechos de un pasado intermitente, y simular que nada ingenuo duerme en nuestras mentes”) o Lo roto expone (“Veo que en tus cuadros lo roto expone, lo que de tus labios nunca se fue”) son algunas de que muestran su talento como autora de letras. También están Alma y sangre y Ya no hay más (“Lo que hablo y lo que cayo, es fiel calco de quién soy”) en los que su voz va desde la sensualidad a la voz aguerrida que parece casi desgarrase.
En 2014 y paralelo a su banda, edita su segundo disco solista, “La presencia de las personas que se van”. En mí, que llega a su climax cuando Marilina lleva su voz al extremo, dando un grito que anticipa el gran final de esta canción. Malabares con la acústica bien marcada, hace de esta canción una de las más lindas  del disco.
Meses más tarde, Casado dejaría la banda e ingresaría Santiago Jhones, pero en marzo de 2015, toman la decisión de separarse, cerrando un ciclo como banda. Sin dudas dejando una huella dentro del rock y quizás dejando con ganas a más de uno (en cuales me incluyo) de algún otro disco.
Este año editó “Sexo con Modelos” donde mezcla una gran variedad de estilos como el funk, el pop, el rock, el rap, para dar como resultado un disco tremendo. Lleno de loops contagiosos y guitarras bien potentes. Con una voz que suena sugestiva en Cosas dulces o en la que da título al disco, donde escuchamos como su voz pelea con la distorsión de las guitarras para ver quien suena más fuerte. El disco recorre desde las más rockeras Rastro o Y deshacer, hasta las baterías electrónicas de Órbita de Dios, que acompañan su voz que se escucha a lo lejos. 
Variedad de estilos. Sonidos eléctricos y acústicos. Tonos altos o bajos. Frescura, garra, pasión. No hay más adjetivos (o no se encuentran) para describir un artista tan cambiante. Un artista que siempre sorprende. Que hace de su voz la protagonista de las canciones, sin descuidar melodías y armonías. No puedo recomendar un disco para empezar a descubrir su obra. Los de la banda o los solistas. Porque seguro seguro que todos se disfrutan de principio a fin.

 "Cosas Dulces" - Marilina Bertoldi

16 de diciembre de 2016

Entre películas imaginarias, unos y ceros



Muchas veces se dijo (y todavía se dice) que el rock, por su sonoridad, ritmo y melodías, fue hecho, creado o armado para ser cantado en inglés. Que resulta difícil componer letras en español que calcen en los ritmos clásicos del género. Que con el inglés resulta más fácil encontrar la armonía, entre palabras y melodía. Hay algo también que tiene que ver con las rimas, la longitud o sonoridad de las palabras que dificulta (según dicen algunos) el proceso de composición en español, y esto no sucedería con el inglés.
La verdad que es muy complicado asegurar esa afirmación (yo no lo haría por lo menos), ya que existen muchísimos ejemplos que demuestran, que componer rock en español, es posible (difícil o no) y dio muy buenos resultados, llegando a ser reconocido en varias partes del mundo. Sin embargo no es ese, el eje de este posteo.
Alguna vez escuchamos que algunas bandas locales versionan canciones en inglés, de bandas anglosajonas como parte de su repertorio, logrando muchas veces excelentes versiones. Pero ¿cómo podría sonar una banda Argentina que componga sus canciones en inglés?. Es decir que las canciones sean de su autoría, pero en inglés. Una banda compuesta íntegramente por músicos argentinos, que cantan en inglés.
Y es que la música no está ligada a idiomas. Y en ningún lado dice que uno tenga que hacer música en su idioma natal. Pero cuando uno se entera de esto puede quedar sorprendido en algún punto.
Algo de esto pasa cuando suena Les Mentettes. Escuchamos un tema y creemos que no son de acá, pero cuando nos detenemos, podemos detectar algo diferente a un grupo de afuera. Una banda argentina que compone y canta sus temas en inglés, pero que suenan bien argento.
Comandados por Eugenia Brusa en voz y Adrián Rivoira en voz, guitarras y teclados. Se completan con Pablo Font (piano, xilofón, teclados y coros), Tomás Molina Lera (batería) y Ezequiel Spinelli (Bajo). Un grupo que vino a romper un poco las estructuras clásicas que veníamos escuchando hasta el momento.
Dando sus primeros pasos allá por 2008, aunque Adrián y Eugenia ya se conocían desde mucho antes. Lanzan su primer registro titulado "Let's Mentettes". Ya desde el primer tema, nos transportan a otro lugar. Un sonido que quizás se acerca al folk estadounidense, con The Decemberists o los primeros registros de She And Him, como referencia más cercana, con guitarras acústicas y a veces palmas como percusión.


Aparecen canciones como “I Got No Money” con teclados y armónicas o “Lazy Boy” que demuestran la perfecta armonía entre la voz masculina y femenina, que se mantiene a lo largo de todo el disco. 
Por esa necesidad de reinventarse constantemente, es que en 2009, deciden armar una orquesta con más de treinta músicos para interpretar sus canciones. Así que aparecen flautas, oboes, clarinetes, trompetas, sitar, laudes, violines y contrabajos. Comandados por el músico y compositor Manuel Aducci Spina, quien realizó los arreglos de las canciones y la dirección, dan origen a “Les Mentettes Orchestra” (2010).
Lejos de la distorsión o las bases rápidas y más cerca de aquella música de los tempranos ‘50, donde sonaban esas grandes orquestas. Podemos escuchar canciones con una candencia más bien delicada, como “Cosmic Sidewalks” o “53”  y también aquellas que invitan al baile (“Folky”) o a levantarse de la silla y moverse un poco (“Kuse”).
Versionando algunas canciones de ese primer disco en formato orquesta, acá se demuestra cómo se acopla perfectamente una banda, junto con una gran orquesta para dar forma a este disco.
En 2011, lanzan su tercer álbum de estudio, “Song For A Imaginary Film” y como su título lo insinúa, resulta un disco ideal para musicalizar una película. Ya desde el primer tema, podemos escuchar sonidos orientales de sitar con “Broken Dream”. También están aquellas canciones, que tienen ese sonido definido por ellos, como la genial “Don't Make Me Over” o la galopante “Ballad of Desperate Love”, que puede recordarnos quizás a aquellas viejas películas de cowboys.
Aquí también, aparecen bases de vientos (a cargo de Les Vientettes que formaron parte Les Mentettes Orchestra) en “It’s Over”. 
Luego de algunos EPs como  Bouh! (2013) y Beatiful (2013), llegaría ese mismo año Between Ones and Zeros, donde exploran nuevos sonidos, más cercanos a la electrónica. Canciones como “Beautiful”,  Lost in a song” o “Let's Celebrate” demuestran cómo se pueden combinar ambos estilos sin sonar desparejos. También hay lugar para la psicodelia en “SIX”.
A fines de 2015 y durante 2016 se plantean un nuevo desafío: componer canciones en español. Es así como primero deciden adaptar sus canciones (o traducir) para ser interpretadas en español y dan algunos shows con ese formato. Luego aparecerían algunos tracks que reflejarían ello. “I belong” se transforma en “Ningún lugar”, demostrando que esas canciones pueden sonar bien también en español. Y luego “No sé si nos puedo rescatar” y “Te Vas Sin Discutir” más cercanos al estilo adoptado en último disco. 
Sentarse a escuchar Les Mentettes dejando de lado los prejuicios. Escuchar la armonía entre sus voces, la variedad de sus sonidos, los arreglos orquestales… Una banda más, para poner Play y disfrutar.

I Got No Money - Les Mentettes