Creo que la mejor manera de escuchar algo
nuevo, es que a uno lo agarre desprevenido. Lo tome por sorpresa. Escuchar una
melodía por la calle al pasar por algún lugar donde suene tal canción. Ir a un
recital y escuchar otra banda diferente a la que uno va a ver. Escuchar por la
TV al “zappinear” o por la radio al “dial-enar”(?). Es que de esta manera, uno
no tiene un preconcepto. No forma una opinión previa, lo sorprende. Para bien o
para mal. Después puede gustar o no. Ya queda en cada uno. En este blog, la
idea es hacer comentarios sobre bandas que a quien escribe le parecieron
interesantes, por algo. Que las escuchó y le gustaron. Y dejar en cada uno el
paso siguiente.
Bandas integradas por mujeres hay y hubo
muchas. En la voz, en la guitarra, en la batería, en los teclados o en todos
esos. No me gustaría hacer un análisis del género femenino en el Rock. Primero,
porque no creo que el rock sea una cuestión de géneros y segundo porque creo
que se ha demostrado (y se sigue demostrando) con grandes ejemplos esto que
mencionaba en anteriores posteos. El rock es una cuestión de actitud. Eso está
clarísimo. El toque femenino dentro del Rock estuvo siempre. Acá y en otras
partes del mundo. Las ganas de hacer música tienen que estar siempre. Sin eso,
no se llega a ningún lado.
Las Ligas Menores, desde la Ciudad de Buenos
Aires, son un claro ejemplo de estos dos conceptos mencionados. Actitud rockera
y buenas canciones.
Anabella Cartolano (voz y guitarra), María
Zamtlejfer (voz y bajo), Nina Carrara (teclados, percusión y coros), Micaela
García (batería) y Pablo Kemper (voz y guitarra) demuestran, canción a canción,
que es lo que vienen a contarle al mundo.
Formados allá por el 2011. El primer
registro de canciones vendría en formato de EP, con “El
disco suplente” (2012). 6 temas para dar una primera impresión.
Más cerca del indie rock, aunque
quizás también se puedan encontrar algunas reminiscencias a The Magic Numbers
flotando en algunas canciones o quizás también algo de Pavement (de donde dicen
que surgió el nombre). Con melodías frescas pero a la vez ruidosas (en el buen
sentido).
En 2013 llegaría “Renault Fuego” dos canciones para anticipar
su primer LP. Para finalmente en 2014, lanzar su primer álbum de estudio “Las Ligas Menores”. Con algunos temas
que habían salido en aquel primer EP, mas algunas canciones nuevas. “Queremos
que el que escuche se sienta identificado, son cosas cotidianas que podría
escribir cualquiera” dijo alguna vez Anabella.
Canciones que hablan del amor,
desde el abandono, como “Accidente”, (“y de pronto un accidente/y dio como
resultado/casi una canción por día/en un papel borroneado”) o desde el
encuentro, como “El baile de Elvis” (“si te pido que bailes/no me importa que
no sepas/solo te quiero ver escondiendo tu timidez”). Desde el recuerdo o la
añoranza “Miércoles” (“discos que traés/me hacen pensar en otra edad/y si dejás
de hablar/podemos ver si hay algo más”). Y hasta ciertas declaraciones de
principios como (“de qué me sirve quejarme/si siempre es lo mismo/de qué te
sirve escucharme/si nada de lo que digo tiene sentido”).
Bases bien claras y armonías llevadas por las guitarras. Con
algunos toques de pop, las guitarras desprolijas pero cuidadas, los bajos
pulsantes, los teclados acompañando sutilmente y la batería marcando el ritmo
continuo y frenético.
Al poner play en el disco, creo
que uno puede quedarse escuchándolo hasta que termine y volver a poner play.
Esos discos que invita a ser escuchado más de una vez. Y siempre descubrir algo
nuevo en cada canción.
Otra
banda más para escuchar. Diferente. Nueva. Auténtica. Para quedarse “…escuchando
el tema 7 y bailando al revés”.
"A 1200 Km" - Las Ligas Menores
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