Escribir este blog por diversión,
tiene ciertas cosas interesantes. Por un lado, porque no existe la presión de
tener que escribir sobre tal o cual banda en particular. Tampoco hay tiempos
que presionen, como en alguna revista u otro tipo de publicación. Sí, siempre
está la presión por intentar superarse a uno mismo, y tratar de expresarse lo
mejor posible. Pero ahí también está la cuestión, esa libertad para elegir
temas y espacios de tiempo para escribir, llevan a que, quien escribe,
“cuelgue” un poco, y pase mucho tiempo entre posteo y posteo. En fin…
Las raíces bluseras en nuestro
país tienen ya muchos años. Tal es así, que hasta forjó una identidad propia. Dándole
un toque particular, un sonido diferente, que está presente en muchos de los
discos clásicos de nuestro rock nacional. Claro está, que al ser un género con
tantos años, y del cual todo el tiempo están surgiendo bandas y grupos nuevos,
es difícil (a veces) encontrar algo que se destaque. Pero siempre hay gente
dispuesta a buscarle una vuelta de tuerca al asunto. Salirse de la línea.
Probar. Experimentar. Y obtener buenos resultados.
Como en el disco “Prietto” (2015) de Maxi Prietto. Un
disco blusero aunque con ciertos toques que lo hacen destacarse. Maxi Prietto
(Los Espíritus, Prietto viaja al cosmos con Mariano) venía editando desde hace
unos años (y sigue haciéndolo) algunos discos y Eps como solista. En este caso se
le suman Pipe Correa (Los Espíritus) en batería, Damián Manfredi en contrabajo
y Miguel Tennina en piano.
Con una instrumentación bien minimalista,
casi como el título del disco. Un contrabajo, una guitarra y unas percusiones
(mas algunas sutiles teclas) tal como lo reza la tapa, Prietto nos conduce por
un viaje de blues, psicodelia y algún que otro bolero, pero a la vez mantiene un
espíritu callejero y desfachatado.
Con el riff inicial de “Vívelo” y
una voz que suena con un eco, que dice simplemente “Vívelo, no preguntes vívelo”
da comienzo a este disco.
La voz suena entre desgastada y arrabalera
en cada canción, un sello con el que Maxi trasmite perfectamente la nostalgia,
de temas como el bolero “Ay corazón” (“Ay, corazón , no vale la pena sufrir por
tu adiós”), o “Estás lejos” (“voy a buscarte en un sueño, voy a buscarte en las
aguas del día”).
También están los instrumentales “La
844” o “Sueños de Machagai”, que tiene ciertos aires jazzísticos, donde hay
lugar para que la guitarra explote sobre bases bien marcadas. Aparece la rápida
“Perros de hospital”, en la que se puede recordar su proyecto anterior “Prietto
viaja al Cosmos con Mariano”. Mientras que “Trae Orden” es un blues, en donde
las bases son bien contundentes y que, en el final, las guitarras suben y bajan
por escalas, sobre una lluvia de platillos y teclas, para dar cierre al disco.
Las percusiones suaves y el
sonido lo-fi/garagero del disco, recuerda a aquellos discos de antaño. La
guitarra suena limpia, casi sin efectos, con amplificadores que parecen
saturados. Da la idea de estar escuchando a una banda que grabó un disco en
vivo, en algún barcito de un callejón.
Así
como decía el primer tema del disco. Vivirlo. Sin preguntar. De eso se trata.
No busques la vuelta. Solamente escuchalo.
Prietto - Prietto (Album)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario