Buenas. Aquí estamos de nuevo.
Retomando la actividad. Quizás a partir de ahora más periódicamente, quizás no.
El hecho es que estamos de nuevo.
Siempre dije que uno de los
objetivos de este blog era la difusión. Difundir músicos, discos, artistas. La difusión
de música. Artistas que no suenan mucho en las radios (por suerte en algunas sí).
O que no vemos la ciudad empapelada con sus caras. Son artistas que eligieron
el camino de la independencia. La independencia artística. Por una cuestión de
poder elegir sus propias reglas. O porque se sienten más cómodos así. O por
algún otro motivo. Cada uno tendrá sus razones.
También comenté en algunas
oportunidades las “dificultades” (si les podemos llamar así) que se les
presentan. Como por ejemplo donde vender sus discos. Un disco lleva mucho
esfuerzo. En todo sentido. Y creo que es gratificante para un artista poder
ofrecer su obra y que los demás puedan disfrutar de ella.
La banda en cuestión es El
Tronador. Una banda que con sus idas y venidas no deja de crear canciones
hermosas. El Tronador es: Marina Fages (voz,
guitarra, clarinete) Lucy Patané (guitarras, banjo y bombo), Martin Delassaletta
(contrabajo), Mene Savasta (voces, melódica, flauta, caja y cosas) y Santiago
RS Martínez (synth).
Es difícil que con semejantes componentes
pueda llegar a fallar un proyecto de estas características. Anteriormente en
otros posteos, ya hablamos de Marina Fages, su carrera solista con dos discos
editados, o el dúo formado con Lucy Patané, con un disco genial incluido (“El
Poder Oculto”). Lucy Patané quien también forma parte de Las Taradas, La Cosa
Mostra y la banda de Diego Frenkel y también fue parte de Panda Tweak. Pero
Marina y Lucy tienen algo más en común que proyectos musicales. Ambas son 2 de
las socias de ese lugar lleno de música, llamado Disquería Mercurio. Un lugar (“atendido
por sus dueños”) donde distintos músicos encontraron y encuentran un espacio donde
ofrecer sus discos y donde se puede encontrar gente con mucha onda con la cual
conversar de música.
Martin viene del palo del Jazz y
tiene una amplia trayectoria en el género. Participando del trío de Sebastián
del Hoyo, el trío de jazz DoggyStyle o Pablo Ledesma trío. También es miembro
de la Big Band del Manuel de Falla.Mene forma parte de varios
proyectos musicales además de investigar y producir en el campo del arte sonoro
y la música experimental. Mientras que Santiago es productor y DJ.
Luego de un primer EP homónimo en
2009 llegaría, en 2011, “Viento, Fuerza Tronador” primer y único (hasta el
momento) larga duración. Qué decir del disco. Ese conjunto de 12 canciones que
no dejan a uno poner stop hasta que deja de sonar el último acorde.
La conmovedora voz que acompaña
la melodía en “Provincia”, con acompañamiento
de banjo, es un comienzo impecable,
anticipando lo que va a seguir. Las armonías llevadas por guitarras de nylon y
banjos recuerdan al folk londinense más tradicional, pero con aires a zambas o
valses más cercanos a nuestras tierras. Imposible dejar el pie quieto con “Australia”, único tema en inglés del
disco. O casi, ya que al final se agrega una estrofa en español: “No hay nada más
que viento y posibilidad. Yo solo quiero verte otra vez”. La melódica sonando
de fondo es el condimento especial de la canción.
Poniéndose algo más oscuros con “Burzaco” con una intro con algunos
efectos que crean ambientes pinkfloydanos que nos pueden recordar a esos
primeros temas de la banda inglesa. Los juegos de voces son el aditamento principal.
Como si fueran respondiéndose una con otra.
De repente aparece “Paraguay”, arrancando bien abajo y de a
poco subiendo hasta llegar al estribillo, donde la voz de Marina se luce y es
perfectamente acompañada por las guitarras. Después "La Montaña”, con una melodía galopante y una melódica que acompaña
en un diálogo entre instrumentos que incita a moverse. Una letra de amor: “Me
gusta cuando decís voy a buscarte, son palabras que hoy cobran más sentido”. Claramente
uno de los mejores temas del disco. Contagia alegría y es imposible no quedarse
tarareándola.
“El rio Grande” quizás la más
parecida a las canciones del primer disco solista de Marina. Trasmite
tranquilidad. Con apenas una impecable instrumentación suave, dándole
protagonismo a la voz y un cierre con efectos de sintetizador hacen que la
canción suene más psicodélica.
Y para cerrar un cover. Un cover
de una banda de punk. Si, para cerrar un disco prácticamente acústico. Un cover
de Eterna Inocencia. “Encuentro mi
descanso aquí”. Alejada de las guitarras eléctricas, de las distorsión y de
los ritmos de cuatro tiempos de la original, pero conservando la mística de la
canción. Interpretada a dos veces y con guitarras de nylon y un contrabajo que
le da cuerpo a la canción, para que baje un cambio respecto a la original. Y
quizás algo más melancólica para acompañar esa letra que habla sobre el amor
ausente: “Falta el calor. Aquí faltan tus versos hoy. Y resultan tristes los
ecos que dejó tu viento ayer”.
El Tronador - Australia
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